
La Montagne qui marche
Al posar nuestros pies desnudos sobre la montaña, con la curiosidad paciente de quien acecha, seremos capaces de advertir su movimiento, de seguirla.
Quizás una las facultades más fascinantes del arte es su capacidad de evidenciar asuntos pequeños, mínimos, aparentemente invisibles a los ojos y el sentir de todos. Los artistas son catalizadores de sucesos pero también faro y guía en el trasegar de los días. Ellos, con su inquietante tarea tienen la facilidad de advertirnos obviedades que difícilmente tenemos en cuenta y señalar también realidades que no acertamos nombrar con objetividad.
Fredy Alzate (Marinilla, Antioquia, 1975), como todos en este territorio, es habitante de montaña. Él sabe escuchar sus movimientos y traducirlos en formas y volúmenes que permiten adentrarnos en la poética de su tiempo, de su lenguaje. Su trabajo se ha enfocado en tratar de avizorar los múltiples matices que se despliegan como abanico en el espacio donde se junta el campo con la ciudad. Desde allí provoca, con gestos muchas veces mínimos y otras tantas sorpresivos, conciencia de la relación que establecemos como habitantes de nuestro entorno, pero en especial medida en ese pequeño tránsito entre el verde y bermellón de la montaña y el asfalto smog de la urbe.
Entre abril y julio de 2013, Alzate integró una cofradía creativa que tuvo lugar en el Vallée du Lot, en la région Midi-Pyrénées francesa. Esta residencia artística, que culminó con una muestra de trabajos que se tomaron la ruralidad del valle, fue promovida y organizada por la Maison des arts George Pompidou en colaboración con el Instituto Francés, la cual abrió su programación el 7 de julio y estuvo exhibida hasta el 10 de septiembre del mismo año.
Fredy Alzate, Chad Keveny, Damien Marchal, Natacha Mercier, Daniel Perrier y Yuhsin U Chang trabajaron con la guía de la curadora Martine Michard trabajaron para poner en común sus diferentes concepciones de campo rural y llamaron a esta experiencia la montagne qui marche. Con diversos orígenes, credos y costumbres, este grupo de creadores confabulo para indagar en el extenso horizonte de interpretaciones e intervenciones posibles sobre el territorio. Para esta muestra, que hoy se desplaza a nuestra Medellín, era apenas lógico mantener el nombre inicial del proyecto que se llevó a cabo en ese entonces, del cual hoy podemos acceder a los resultados de las tres intervenciones que Fredy Alzate concreto en este valle, además de algunas de las notas y procesos que le sirvieron de soporte para su investigación y que son evidentes en el último trabajo de este artista que monta la montaña para domar su lento caminar.
Confiamos que esta experiencia sirva a los jóvenes creadores para ampliar su criterio, a los amantes del arte para reafirmar su pasión y a los neófitos para iniciar su inquietud por la contemporaneidad de la plástica.
Oscar Roldán-Alzate
Director Extensión Cultural Universidad de Antioquia
Curador