“Skizo/análisis” – Raúl Benito

Una Geografía de los cuerpos

Es un conjunto de intervenciones espaciales bidimensionales, que utilizan como lenguaje principal el dibujo y se muestran como fragmentos constituyentes de un todo.

 

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“El investimento social del deseo es la operación fundamental del corte-flujo a la cual se puede dar el nombre de esquizo… ¿Qué pasa sobre el cuerpo de una sociedad? Flujos siempre, Flujos”
Gilles Deleuze*

Este conjunto de intervenciones espaciales bidimensionales, que se encuentra actualmente en la galería “la otra”, utiliza como lenguaje principal el dibujo y se muestran como fragmentos constituyentes de un todo, un todo que no es rígido y toma forma a partir de flujos, que son codificados, combinados y estructurados por un organismo que hace “cuerpo”, aquel “cuerpo” que a su vez está constituido por otros, que es contenedor y contenido, que se modifica y se expande, que es extensión, geografía, sangre, huesos y fluidos.

*Deleuze, Gilles Derrames Entre el Capitalismo y la esquizofrenia. -1ª ed. – Buenos Aires: Cáctus, 2005.

Skizo/análisis:

Ya en los primeros trabajos, Raúl Benito dirigía su búsqueda hacia la fragmentación y la pregunta por los devenires de la materia en distintas circunstancias, vecindades o en procesos de generación y degeneración; de ahí que sus dibujos sean rizomáticos, en ellos el espacio esté colmado, todo se cruce, se divida (skhizein) y las series se multipliquen. El artista parte de los cuerpos conformados y emprende en cada obra su descomposición, gesto en el que no caben planes, anticipaciones o el uso de bocetos, pues su acción de dibujar corresponde a lo dibujado: la vida fluye y sus flujos no llevan una ruta predeterminada, sino que ocurren al azar. La única constante es el clinamen, todo se desvía, todo se inclina, todo cambia a unas velocidades imperceptibles pero definitivas. La enfermedad y la muerte son parte de la cadena que sostiene el mundo de lo vivo y si se explora al interior de cualquier cuerpo, se verán y escucharán en todos sus estratos, las muchedumbres en movimiento permanente que lo componen, la batalla interminable que se libra entre los átomos, las células e innumerables microorganismos invasores.

¿Qué sucede con cada uno de los componentes de mi cuerpo cuando siento dolor, cuando me enfermo, cuando sufro? ¿Cómo pienso? ¿Cómo funciona mi cerebro? ¿Cuáles son los límites de mi razón y cómo se expresaría su derrame en la locura? ¿Qué ocurrirá cuando me esté muriendo? Parece preguntarse Benito, y esos interrogantes se multiplican en los cuantiosos ejercicios que ha realizado para asimilar las formas de partes internas y externas del cuerpo humano, de los diferentes microbios que pueden atacarlo y destruirlo e incluso, de las variadas coloraciones que toman los tejidos afectados. Ello exige la constante experimentación y el uso de diversos soportes y materiales, entre los que se incluyen fluidos corporales y residuos de todo tipo. Ese escrutinio (análisis) exhaustivo de la vida, en el borde de la muerte, se plantea asimismo al concebir la obra de arte como inacabada y efímera en ocasiones, tal como ocurre aquí, cuando el dibujo que se extiende por todo el recinto, surge como continuidad de otros ya borrados de sus muros y se prolongará después de que sea borrado también de éste, así como lo vivo fluye en un espacio siempre desbordado.

Elena Acosta.
Docente, Facultad de Artes y Humanidades, ITM.

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