Sobre el lienzo blanco empieza la partida, aquí todo se juega, todo se resuelve, todo se gana, todo se pierde. Sin embargo, es el espectador quien tira los dados de su visión, su sentido del riesgo, pues en el arte, desde su milenario comienzo, el trazo, la búsqueda la emprende el artista que todo lo pone en juego y es el observador, el paseante, el habitante, quien experimenta el riesgo, asume el vértigo, construye el sentido. El arte de todos los tiempos entraña ese juego, lo hace visible como música inaudible, ritmo propio de quien crea y oído atento de quien escucha o vela; el arte es siempre silencio que se rompe, forma que emerge, línea, ritmo, sonido o forma que rasga el aire, el espacio, la bóveda o el muro.
El arte, en cada comienzo, en cada experiencia, concentra la aventura humana y la expone con honestidad y frescura. Sobre los muros, una exploración profunda en el negro de todos los matices, en el cruce del vigor de los trazos que ponen la fuerza al servicio de un relato que en cada nueva mirada se construye.
Eufrasio Guzmán Mesa
Filósofo y escritor

Foto: Pablo Andrés Monsalve
Taller de Julio Monsalve, ubicado en el Carmen de Viboral, Antioquia.
El trabajo de Monsalve ha evolucionado, de lo figurativo pasó a lo abstracto, en el que se siente más libre y expresa todo lo que siente y vive en la actualidad. Sin embargo, sus inicios fueron en el arte figurativo.
Para él, lo abstracto es otra salida y aunque falta mayor cultura frente a este, cree que va por un buen camino y prueba de eso es escuchar comentarios como “no lo entiendo pero me gusta”. Asegura que para disfrutarlo hay que aprender a apreciar los colores y los trazos y dejarse llevar por la sensación porque el arte es “liberador, es relajante y hasta ayuda a hacer catarsis”.
De ‘Espacialidad libre’, y sus demás trabajos abstractos, resalta que son “muy musicales”. En lo personal, le encanta la música, por eso, en cada pintura encuentra un ritmo, unos silencios y una melodía que van guiando sus trazos. No es que de fondo haya música, “la música la lleva uno. Uno está buscando el ritmo y el compás que le quiere dar a su obra, cuando pinto escucho muchas cosas: pajaritos, un radio, un teléfono… todo se va conjugando en la pintura”.
Monsalve es feliz haciendo lo que hace. En sus pinturas reúne lo espontáneo, lo gestual y lo impulsivo, todo lo que el espectador ve en el cuadro sale de su corazón.
Extraído de: www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-15409917