Martes de pensamiento Francés

Leibniz en París
Moderado por: Luis Alfonso Paláu Castaño. Doctor en historia y filosofía de las Ciencias y las Técnicas de la universidad de París 1 (Sorbona-Panteón )

Día: Martes 29 de octubre:
Hora: 6:00 p.m.
Lugar: Mediateca Arthur Rimbaud / Alianza francesa de Medellín
Entrada Libre

Gran elogio de Y. Belaval al francés de Leibniz

Dice el maestro:

“Se tiene pronto la sorpresa de comprender a un Leibniz escritor francés que merecería un elogio por esto solo; ni en latín, ni en alemán, me parece que haya logrado ese tono hablado, abandonado, simpliciter, que no encuentro en ningún otro filósofo, con su arte de la anécdota, del ejemplo, de la imagen –hasta la erudición que a veces realiza ¡viaje pintoresco!–, con sus expresiones que huelen a galicismo o a proverbio, a tal punto que me pregunto si, precisamente porque era extranjero, pero dotado de un extraordinario poder de asimilación, Leibniz no ofrecería el eco de nuestra lengua en el siglo XVII mucho mejor que un escritor francés.  Para citar a la buena de dios, a uno le encanta la evocación de una “perception nue, mais confuse”, ver “l’intérieur des choses sous une face nouvelle”, imaginar “Hercule inné en quelque façon” en las venas del mármol, constatar que “la nature n’est point faite à bâtons rompus”, hacer del alma un pequeño mundo apretado en un punto, “où les idées distinctes sont comme des représentations de Dieu et où les confuses sont une représentation de l’univers”… y así sucesivamente.  (Yvon Belaval.  Études leibniziennes.  París: Gallimard, 1976, pp. 17-18).

Leibniz en París

En 1672 el elector de Maguncia envía al joven jurista de 26 años en misión a París, a donde llega a finales de marzo.  Cae en mal momento.  El 6 de mayo Luis XIV invade Holanda, y no es cuestión de desviarle hacia Egipto. Queda el proyecto irénico.  En septiembre, Leibniz conoce a Antoine Arnauld, que podría ser de un gran peso.  Ahora bien, una tras otra, la muerte de Boineburg (diciembre de 1672) y la del príncipe elector de Maguncia (febrero de 1673) privan de protectores a su enviado y le liberan para dedicarse a la ciencia.  Christiaan Huyghens le dirige en sus primeros pasos por las matemáticas.  Con motivo de una estancia en Londres (enero-marzo de 1673) conversa con Oldenburg, Bayle, Pell y posiblemente con Collins, el amigo de Newton.  En París frecuenta el mundo científico.  Etienne Périer, un sobrino de Pascal, le confía (verano de 1674) los papeles inéditos de su tío, en los que se encuentra una figura sobre las cónicas que será para él “un rayo de luz”.  Visita a Malebranche (primer trimestre de 1675), traba amistad con Tschirnhaus, amigo de Spinoza.  Sus progresos científicos son tan rápidos que el 29 de octubre de 1675 sienta las bases del cálculo integral, y el 1º de noviembre, las del cálculo diferencial.  En 1676 descubre su dinámica.  Pero sigue sin empleo.  Debe resignarse a abandonar la capital francesa (octubre de 1676), pasa por Londres, donde Collins le deja echar un vistazo a los papeles de Gregory y de Newton – de ahí vendrá más tarde, la disputa sobre la prioridad de la invención del cálculo infinitesimal – encuentra a Swammerdam en Ámsterdam (noviembre), a Leeuwenhoek en Delft, a Spinoza en La Haya, y llega por fin, a mediados de diciembre, a Hannover.

Antes de proseguir, detengámonos en la estancia parisina.  La invención del cálculo infinitesimal conduce a Leibniz a desustancializar el espacio y el tiempo, que se convierte en relaciones de orden: el mundo podría ser un sueño bien ligado; el sistema se orienta hacia un nuevo platonismo.  Si la extensión, y con ella el movimiento visible, encierra “algo imaginario”, el movimiento no se reduce al simple desplazamiento local, como para el mecanicismo cartesiano, sino que es un proceso, la expresión de una fuerza; y la dinámica estima que la fuerza que se conserva no se formula de ningún modo por mv (cantidad de movimiento), sino por mv(cantidad de acción motriz).  La dinámica enseña por otra parte, que se conserva la misma cantidad de progreso.  Esto no es todo.  Al abandonar París, Leibniz lleva un artículo que no publicará sino más tarde, y en el que deduce las leyes de la óptica partiendo del principio de que, de todos los caminos posibles, la luz sigue la vía más fácil, argumento en favor de la finalidad de la naturaleza.  Sería necesario agregar que nuestro filósofo no cree ya en los animales-máquinas; si las bestias no están dotadas de un espíritu inmortal, al menos lo están de un alma imperecedera.  En consecuencia, el mecanicismo es superado por la dinámica; Descartes se engañó.  La conservación de la cantidad de progreso excluye que el alma pueda cambiar la dirección de los cuerpos, será necesario llegar a la armonía preestablecida.  Y si el mecanicismo no es sino la apariencia cuya realidad fundamental es la finalidad, el principio supremo viene a ser, cada vez más, el de razón suficiente.  Henos aquí todavía más cerca de la Monadología.  (Yvon Belaval.  Historia de la filosofía, t. 7: la Filosofía alemana de Leibniz a Hegel.  México: Siglo XXI, 1987.  pp. 28-30)

Para nuestro encuentro del 29 de octubre les recuerdo que han de leer la Monadología de Leibniz (que se encuentra en la red), acompañado de el Pliegue (la monografía que Deleuze dedicó a Leibniz), porque haremos el homenaje a los dos leibnizianos que nos son más próximos: Belaval (que en el t. 7 pp. 28 ss. escribe sobre “el Hombre y la Obra” de Leibniz) y Serres (que en el mismo volumen pp. 36 ss. escribe el “Sistema” de Leibniz).  En 1960 Belaval publica Leibniz, critique de Descartes, y en su momento le dirigirá la tesis de doctorado a Serres sobre el Sistema de Leibniz y sus modelos matemáticos (1968).  Serres será mi profesor de Historia de la termodinámica en mi primer año de maestría (1976-1977) y el mismo Belaval será el presidente de mi jurado de doctorado en 1980.
Luis Alfonso Paláu C., Envigado, 1º de octubre/19

Lectura de Michel Serres “Introducción: Conjuntos teóricos” de la tesis de doctorado de Serres:

Argumento

1.- Escenografía, icnografía

2.- Pluralismo de los órdenes no irreversibles.  El ejemplo matemático: analogía de dos estados sistemáticos

3.- El grafo en red: multilinearidad, multivalencia

4.- Coherencia y reversibilidad.  El orden leibniziano.  Sobre el diccionario

5.- Entrexpresión del comentario

6.- Series.  Series de series.  Multiplicidades. Variaciones de las relaciones uno-múltiple y múltiple-múltiple

7.- Variaciones de la identidad.  De la correspondencia en general.  Entre dos secuencias: la armonía; entre dos multiplicidades: conocimiento y creación; entre dos sistemas: léxico para la ética

8.- El Quid sit Idea; conservación, fidelidad, invariancia

9.- La noción de modelo

10.- Plan de la obra: recorte de una red.  Estrellas, esquemas, punto

11.- Recurrencias y recubrimientos históricos

Para la semana del 14 de este mes espero tener terminada la traducción de la parte de la tesis de Serres dedicada a la Monadología

Y para la semana del 21 de octubre se mandará los Estudios leibnizianos de Belaval que complementen adecuadamente nuestra participación.

Lecturas Previas solicitarlas en el Correo: j.tavera@alianzafranesa.org.co